La productividad es un elemento que forma parte de la cultura de Japón, nación que desde hace miles de años desarrollaron técnicas para mejorar la concentración, la productividad y superar las adversidades.
Con el paso del tiempo, ya a finales del siglo XX e inicios del XXI, estos conocimientos cruzaron el Océano Pacífico para llegar a América y cambiar los procesos y metodologías dentro de escuelas, empresas, gobiernos e incluso la vida personal.
Para optimizar el rendimiento de las personas es que hay en específicos tres procedimientos que los nipones comparten para cambiar tu forma de ver el mundo, pero también para bajar los niveles de estrés y preocupación, sobre todo en una sociedad tan exigente y comprometida como la suya.
Las tres técnicas de Japón para mejorar tu productividad
1.- Técnica pomodoro
El italiano Francesco Cirillo desarrolló esta técnica que de manera pronta adoptó y perfeccionó Japón, como lo demostró con una mejor productividad de sus trabajadores.
Según los especialistas, esta metodología que consiste en trabajar por periodos de 25 minutos y luego tomar un breve descanso, debe aplicarse para combatir la procrastinación, enfrentar distracciones o mejorar la gestión del tiempo.
2.- Kaizen, “cambio a mejor”
Otra de las técnicas de Japón que mejoran la productividad de las personas y les hacen ver una esperanza es la filosofía kaizen, término que está compuesto por dos sinogramas que significan “Bueno” y “Cambio”.
Esta metodología se logró con el esfuerzo de Estados Unidos y Japón, ya que en el primer país se llevó a cabo un programa de entrenamiento que luego se perfeccionó en la Isla del Sol Naciente.
La metodología consiste en empezar a hacer pequeños cambios para hacer una transformación que logrará avances inmediatos rumbo a una plenitud, acto que reducirá el estrés y la frustración.
3.- Ikigai, “la razón de vivir”
Esta palabra y concepto de vida es uno de los más antiguos, ya que data del periodo Heian, es decir, la edad de oro de la cultura clásica japonesa con la escritura del Genji Monogatari y el auge de los samuráis.
Aunque desde entonces se practicaba esta filosofía, no fue sino hasta 1966 que se habló popularmente de esta cosmovisión gracias a la psiquiatra Mieko Kamiya y su libro Ikigai-ni-tsuite, trabajo que retomó en 2001 el psicólogo Akihiro Hasegawa.
“Ikigai” como tal carece de una traducción directa al castellano, pero se interpreta como “la razón de vivir”, es decir, un motivo que impulsará a las personas a levantarse y luchar.
Un punto en común que comparten estas tres claves contra el ánimo de posponer las cosas es que invitan a comenzar un cambio dentro de la rutina, preferentemente haciendo una planeación previa de las labores pendientes.
La constancia, simplificación de procesos y sobre todo la responsabilidad de seguir con las metas son elementos esenciales para que las técnicas de Japón rindan frutos en tu productividad y tu mirada se abra a nuevas perspectivas.