Oaxaca es reconocido por su riqueza cultural, histórica y natural. Desde sitios arqueológicos como Monte Albán, pasando por maravillas geológicas como Hierve el Agua, hasta playas excepcionales como Puerto Escondido, este estado ofrece experiencias para todos los gustos.
Uno de los espectáculos más fascinantes es la bioluminiscencia, un fenómeno natural que transforma las aguas en un escenario brillante y surrealista. Este fenómeno ocurre gracias al plancton marino, que emite luz al ser perturbado, creando destellos únicos en el agua.
Manialtepec y Chacahua: epicentros de la bioluminiscencia
Para observar la bioluminiscencia en Oaxaca, debes dirigirte a las lagunas de Manialtepec y Chacahua, ambas cercanas a Puerto Escondido. En Manialtepec, a solo 20 minutos de distancia, podrás nadar en aguas iluminadas bajo un cielo oscuro, idealmente durante la fase de luna nueva para apreciar mejor los destellos. Por su parte, Chacahua, ubicada a una hora y media, ofrece una experiencia más inmersiva dentro de su parque natural protegido.
La bioluminiscencia es especialmente visible entre mayo y noviembre, coincidiendo con la temporada de lluvias. Esta experiencia única no solo cautiva los sentidos, sino que también enseña sobre la interacción entre los organismos marinos y su entorno.
Promoviendo el turismo responsable
Es crucial recordar que el turismo puede impactar significativamente los ecosistemas naturales. Por ello, practicar un turismo responsable es esencial:
- Usa productos ecológicos y reutilizables.
- Evita dejar residuos en las lagunas o áreas naturales.
- No colectes elementos naturales como conchas, ya que son vitales para el equilibrio del ecosistema.
Al adoptar estas prácticas, contribuirás a la preservación de estos hábitats únicos para que más personas puedan disfrutar de la bioluminiscencia en el futuro.
Oaxaca no solo es un destino, es un encuentro con la naturaleza y la cultura, donde cada visitante puede conectar con experiencias inolvidables mientras fomenta su conservación.